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Coletazos del coronavirus



Ahora, a finales de junio, se cumple un año desde que estuvimos en Ghana, conociendo Azudoone, disfrutando de su cultura y aprendiendo de cómo la comunidad local hizo suyo el proceso de identificación de un maravilloso proyecto que os presentamos en septiembre y que ahora, un año después, debería estar empezando a funcionar.


El plan era luchar por entrar a una financiación pública y con esa misión recorrimos más de 30 ayuntamientos del territorio español. Pero si no, empezaríamos con financiación privada, poco a poco, etapa a etapa, con la humildad, honestidad y transparencia que siempre describirán a Nuevi.


Pero nadie esperaba el coronavirus. Y llegó. Y como a todas las instituciones del sector, nos golpeó fuerte. Se pospusieron las convocatorias públicas, se hizo difícil la comunicación con la comunidad, se cancelaron maravillosas sorpresas que teníamos preparadas y, sobre todo, se cerró el movimiento en el mundo. Se cerró y sigue cerrado.


Hoy, un año después de estar en Ghana, deberíamos estar dándoos la noticia de que habéis conseguido los fondos necesarios y que, entre finales de agosto y septiembre, la comunidad de Azudoone contaría con, al menos, un pozo. Sin embargo, el mundo está cerrado. No podemos viajar ni sabemos cuando podremos hacerlo, no podemos organizar una obra ni queremos exponer a la gente a estar tan cerca entre sí.


En resumen, el coronavirus nos obliga a posponer el inicio del proyecto.


Sé que lo entenderéis y que nos apoyaréis igual. Es hora de hacer piña aquí, de ir organizando pequeñas cositas aquí, de ir haciendo crecer la familia y, cuando podamos, con toda la seguridad y felicidad del mundo, empezar a trabajar en esa comunidad con la que hablamos todas las semanas y que tantas ganas tiene de volvernos a ver, aunque sea en videollamada, como en el último evento.


No nos relajemos y sigamos cuidándonos mucho para que, pronto, todo pueda volver a ser normal.

¡Abrazos gordos!

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