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Rozando la meta con los dedos.


¡Buenas de nuevo familia!

Ya se va acabando la semana y con ello llega nuestro deber de poneros al día en la reforma de la escuela.

Tal y como os dije el pasado día, ha sido una semana muy intensa y muy cansada de trabajo duro. Y no, no puedo aún enseñaros el resultado final, pero deciros que por aquí estamos muy orgullosos de cómo va todo.

Calculamos inicialmente que trabajaríamos hasta el domingo y que, para entonces, solo nos quedaría pintar los hierros del porche de la escuela. Bueno, pues hubo muchas dudas de si Pablo y yo íbamos a ser capaces de llegar… Y no, no llegamos. Pero sí, hubiéramos llegado. Y es que, como mañana empiezan ya las clases, junto con la dirección de la escuela se tomó la decisión de no trabajar el fin de semana para que pudiera limpiarse todo bien y, sobre todo, que se airease el edificio para evitar los fuertes olores de la pintura.

Paramos por tanto el viernes, a últimísima hora con prácticamente todos los interiores acabados. Acabamos con prácticamente todo el piso de abajo: pasillo, almacén, oficina y baño y dejamos a puntito de caramelo el baño de arriba y la biblioteca, los cuales no pudimos acabar del todo porque nos faltaba una pintura determinada. Lo único que nos queda por pintar completamente del interior es la cocina, en el piso superior, que quedará para acabar en una de las tardes de esta semana que empieza mañana.

Asimismo, hemos empezado ya a avanzar en los exteriores. Ya hemos dado dos manos a la fachada principal, a la entrada de la escuela, y hasta tuvimos tiempo de ir tapando el mural que… ¡sorpresa!

En cuanto a los otros roles, por un lado, informaros de que el jueves el ebanista estuvo toda la mañana trabajando, por lo que la parte superior de la puerta del baño (antes tapada con papel) ya luce muy diferente. Además, se ha arreglado el marco para colocar la nueva puerta, se han puesto todos los trocitos de rodapié que faltaban, se ha sustituido una de las paredes de la oficina e incluso se ha tapado el enorme hueco que había en el techo del porche y que dejaba en jaque la seguridad de la escuela.

Por otro lado, el albañil estará durante todo el día de hoy igualando las irregularidades del suelo del patio de la escuela y sustituirá finalmente las baldosas dañadas de los baños.

Por último, ya hemos comprado todos los corchos nuevos que esta vez irán colgados en la pared en vez de pegados con cola, para cuidar un poco más las paredes y que todo nuestro apoyo aquí dure mucho más.

Mañana ya entran los niños a la escuela y, la verdad, el cole parece otro. Y ya parecía otro con la pintura, pero junto con la labor excepcional de ese don especial que tenéis las y los profesores/as, brilla (os dejo una foto).

De cara a la próxima semana, iremos acabando el trabajo por las tardes, cuando los/as niños/as se vayan a sus casas.

Yo tampoco puedo esperar para subiros las fotos del resultado final, pero tendremos que esperar un poco más. Mañana ya conoceremos a todos y todas las y los maravillosos peques que dan luz a esta escuela que nosotros hemos empezado a alumbrar un poco.

Mil gracias por todo vuestro apoyo y nos leemos muy muy pronto.

¡Un abrazo enorme!


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