¡Hola de nuevo familia!
Perdonad estos días de ausencia pero es que nos hemos ido de excursión a las nubes… ¡y qué bonito ha sido! Prometo contaros eso pronto, pero de momento, bajemos de nuevo a la tierra y volvamos a nuestra escuelita.
Y, querida familia, lo que parecía que no iba a llegar nunca, aunque se hizo de rogar, al fin llegó: ¡La escuela está (casi) terminada!
El patio es otro, las escaleras ni se reconocen, la fachada irradia luz, las tejas están todas limpitas y repintadas, hemos pintado toda la fachada trasera (que no se había tocado nunca desde que se cambió el acceso), hemos acabado con la cocina, hemos terminado también el baño, hemos quitado las humedades de los techos… y una infinidad de cosas más.
Además, ya empezamos a recibir el trabajo del ebanista con todas las mesas y sillas arregladas.
Otro color, otro entorno, otra seguridad, otra higiene… otra luz y, en definitiva, otro cole.
Pero, como he dicho, está todo (casi) acabado. Y es que esas paredes lucen todavía demasiado limpias para ser un cole, ¿no os parece?
Me contengo en emociones, euforia, alegría y agradecimientos y os dejo un pequeño aperitivo antes de las últimas sorpresas. Sorpresas para los dueños de la escuela, pero también para todos los corazones de elefante que habéis permitido que todos y todas soñemos juntos y juntas para conseguir algo tan bonito.
Preparados/as, listos/as…. Quedan 3 segundos para la eclosión.
¡Mil millones de millones de gracias y un abrazo enorme!
PD: Os pongo algunas fotos. No me hay memoria para poneros de todo lo que hemos cambiado… Ya os las iremos enseñando con el tiempo.