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Nos vamos a Ghana, pero… ¿por qué Ghana?


Como toda historia, esta que está a punto de empezar también tiene otra que le precede.

Desde que nació Nuevi, siempre la describimos como una plataforma cercana para que las personas interesadas en hacer un voluntariado pudieran hacer preguntas, conocer un poco más de este mundo, intercambiar experiencias e incluso aprovechar toda la humilde estructura de Nuevi para apoyar pequeños proyectos que conociesen de antemano. Nacimos con la idea de apoyar a gente, de apoyar proyectos, siempre de la manera más responsable y profesional posible, sin importar la localización geográfica.

Desde que Nuevi existe, ya son unas cuantas las personas que se han ido reuniendo con nosotros para preguntar inquietudes, solicitar consejo para viajes de voluntariado o incluso simplemente tomarse un café para conocer un poco más de lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos. Duren lo que duren y toquen los temas que toquen, siempre todos salimos con alguna lección, experiencia o aprendizaje.

En septiembre, un grupo de 3 chicas se puso en contacto con nosotros. Habían estado de voluntariado en Ghana y tenían intención de volver. Sin embargo, esta vez querían volver de manera diferente; querían aprovechar que conocían el lugar y a la gente para intentar en ese (casi completo) año que les quedaba por delante, organizar algún proyecto para echar una mano al magnífico trabajo que hacía la ONG local.

Evidentemente, la historia nos cautivó. A pesar de que había algún detallito de perspectiva que había que pulir (detallitos que no se enseñan, que son importantes y que todos y todas hemos tenido los que nos movemos en este mundo, por el mero hecho de nacer donde hemos nacido, hemos tenido que pulir), si nosotros desde Nuevi podíamos ayudarles a que saliera adelante, no lo íbamos a dudar ni un segundo.

Así es como nos pusimos en contacto con la ONG local. Mientras nosotros intercambiábamos correos con esta, nos íbamos juntando periódicamente con las chicas para ir dando forma a su proyecto; o, mejor dicho, sus proyectos.

Así surgió lo de la comunidad de Ghana, así surgió la historia de la posible escuela y así surgió la recaudación de fondos que ellas mismas llevaron a cabo.

¡Gracias chicas! Gracias por tener esa voluntad tan grande, gracias por interesaros tanto, por querer leer, escuchar y no parar de aprender.


Como decía E. Galeano,

“Mucha gente pequeña,

en lugares pequeños,

haciendo cosas pequeñas,

puede cambiar el mundo”.


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