Ya hemos vuelto de Ghana.
Ha sido, simplemente, increíble.
Como muchos y muchas ya sabéis, viajábamos a Ghana en busca de una comunidad en la región noreste del país. Una comunidad que conocimos gracias al contacto con una ONG local, Dream Africa Care Foundation. Lo único que nos habían dicho era que unos 200 niños y niñas tenían que estudiar bajo árboles porque no tenían escuela.
La situación nos cautivó desde el principio; la idea de poder trabajar con esa comunidad o, al menos, escucharla (que era lo que no conseguían que nadie hiciera), nos hizo lanzarnos a la aventura sin pensarlo mucho.
Nos íbamos a Ghana, a conocer a una comunidad de la que solo sabíamos que estaba en algún punto del noreste del país, con un único contacto en el sur, en Accra, en la capital.
La incertidumbre era máxima, pero menos mal que no nos dejamos intimidar.
Llegué el 12 de junio a Accra. El presidente de Dream Africa me recogió en el aeropuerto.
Pasé el primer día en Accra, poniendo cara a las personas encargadas de aquella genial organización que nos había facilitado el contacto con la comunidad. Y ya desde ese primer día, todo fue genial. Nos entendimos bien, teníamos muchas ideas en común y, sobre todo y más importante, ambas organizaciones teníamos las mismas ganas, ilusión y motivación por trabajar tan duro como pudiésemos para intentar escuchar a tantas personas como fuese posible para ayudarles a llevar a cabo sus proyectos, para ayudarles a que ellos y ellas pudieran mejorar sus propias vidas.
Al día siguiente subí al norte. Un autobús a Bolgatanga, una estimación de que tardaría unas 12 horas y un contacto aún sin nombre: “Head teacher Azudooni”.
El autobús tardó 16 horas, llamé a ese número de teléfono y puse nombre a ese contacto que hoy es en una pieza indispensable del proyecto: Dominique.
Hay miles de cosas que os iremos contando, pero por hacer un rápido repaso, hemos escuchado a la gente local, la hemos hecho auténtica protagonista, hemos conseguido reunirnos con el ministerio de educación de Ghana, nos hemos reunido con organizaciones y escuelas cercanas e incluso hemos empezado una larga y estrecha relación de colaboración con Dream Africa Care Foundation, a la que hemos y estaremos ayudando con algunos de los proyectos que ya tenían identificados por todo el país.
Tenemos proyecto.
Tenemos un sueño enorme y maravilloso tejido en el norte de Ghana que os presentaremos en los próximos días.
Se avecinan meses (y espero que años) de actividad como nunca habíamos vivido.
La emoción es máxima.
La ilusión es máxima.
La motivación es máxima.
Pero, sobre todo, el impacto que podemos generar para esas bellísimas personas, es inmensurable.
“Ain’t no mountain high enough”
y menos cuando se trata de vidas de personas.
Hoy empieza el viaje más emocionante de nuestra vida como organización, de su vida como comunidad y de un montón de otras vidas individuales.
¿Nos acompañas?
We're back from Ghana
We are already back from Ghana.
It has just been incredible.
As most of you know, we travelled to Ghana looking for a community of the north-eastern region of the country. A community we heard about thanks to a contact with a local NGO, Dream Africa Care Foundation. The only thing we knew is that around 200 children had to learn under trees because they were lacking a school.
The situation captivated us from the beginning; the idea of working with that community or, at least, listening to it (what, regardless of the several trials, no one had done before), fostered us to get this adventure started.
We were about to go to Ghana, to meet a community somewhere in the north-east of the country, with nothing but a contact in the south, in Accra, in the capital.
I arrived the 12th of June. The president of Dream Africa Care Foundation picked me up from the airport.
I spent my first day in Accra, getting to know the people that was behind that great NGO that had spoken to us about the community in the north. Since the very first day, everything went great. We understood each other well, we had a lot of ideas in common and, above all and most important, both of our organizations were full of energy, willingness, illusion and motivation to work as hard as we could to try to listen to as many people as possible in order to help them developing their projects, in order to support them in improving their own lives.
Next day, I travelled up to the north. A bus to Bolgatanga, an estimation of 12 hours travel and an anonymous contact: “Head Teacher Azudooni”
The bus was 16 hours long, I rang that phone number and I named that contact that today is an essential piece of the project: Dominique.
There are thousands of things we have to tell you, but as a quick summary, let’s advance that we have listened to the community itself, that they have been the main characters through all the process, that we have managed to meet the Ghana Education Service (a brand of the Government), that we have met nearby organizations and schools and that we even have started a long and close partnership with Dream Africa Care Foundation, to which we have helped and we will continue helping in some of their projects all around Ghana.
We do have a project.
We do have a huge and wonderful dream woven in the north of Ghana that will be uncovered to you all in the following days.
Months (and years) of activity like we have never ever lived before are coming.
Maximum emotion.
Maximum illusion.
Maximum motivation
But, above all, the impact we can have on all that amazing and wonderful people is just immeasurable.
“Ain’t no mountain high enough”
and even less when the lives of people are the ones at stake.
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